19 de enero de 2009

No, no intentes disculparte. No juegues a insistir. Las excusas ya existían antes de ti. No, no me mires como antes. No hables en plural. La retórica es tu arma más letal. Voy a pedirte que no vuelvas más. Siento que me duelas todavía aquí adentro. Y que a tu edad sepas bien lo que es romperle el corazón a alguien así. No se puede vivir con tanto veneno. La esperanza que me dio tu amor, no me la dio más nadie. Te juro, no miento. No se puede vivir con tanto veneno. No se puede dedicar el alma a acumular intentos. Pesa más la rabia que el cemento.