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Pero para todas nuestro cielo se hizo bien azul cuando nos encontramos en un rincón del aula sin saber que existíamos, siempre solitas en el fondo, hacíamos que las horas seas interminables y de lo mas hermosas, contando interminables anécdotas, las tentadas en hora de clases que nos hacían poner coloradas, las caritas que nos hacíamos, y nuestro sobrenombre que nunca vamos a olvidar: las pibas del fondo. Cosas que a todos pueden resultarles boludeces, a nosotras actualmente nos hacen llorar y reír a la vez, porque todas tenemos diferentes lugares, pero nos une una amistad de oro...